Belén Urbaneja: Hoy nuestras Princesas no esperan

A diferencia de lo que suele ocurrir con la industria publicitaria, la primera jornada de conferencias de El Ojo de Iberoamérica 2019 tuvo más mujeres que hombres sobre el Auditorio Principal de La Rural. Tal fue el caso de Belén Urbaneja, Directora de Ciudadanía Corporativa y Brand Management para The Walt Disney Company Latin America, que llenó de inspiración a todos y cada uno de los presentes con su charla “El rol social de la imaginación”.

Se prepuso como objetivo convencernos de que todos podemos cambiar el mundo. Belén Urbaneja aportó una visión diferente en el primer día del Ciclo de Conferencias de El Ojo 2019. Si bien las presentaciones anteriores habían estado focalizadas en el rol que ocupa –y va a ocupar- la mujer en la sociedad, en este caso hubo una importante cuota de storytelling, fiel al estilo Disney.

 

“Al principio pensé que la idea de que todos podemos cambiar el mundo era un verso terrible, pero la imaginación sirve para eso”, disparó Urbaneja, sin anestesia. Para sustentar su propuesta, dio una serie de ejemplos. Uno de ellos fue la novela “La cabaña del tío Tom”, escrita por Harriet Beecher Stowe en 1852, y con un rol determinante en la abolición de la esclavitud en Estados Unidos.

 

Entonces, según Urbaneja, todo surge de una pregunta: “¿Qué pasaría si…?”. Es el animarse a hacer, a pensar, a proponer, a romper con lo establecido, sin miedo a las consecuencias que esto pueda traer. “La imaginación es la mejor herramienta ante el ideal de que está todo dicho y dado”, añadió. En este contexto, trajo a colación una frase de Walt Disney: “La era en la que vivimos hoy es un sueño hecho realidad”.

 

La Directora de Ciudadanía Corporativa y Brand Management para The Walt Disney Company Latin America lo dijo sin rodeos: “Las historias tienen el poder de emocionar y conectar. Cuando escuchamos y vemos una historia se activan ciertas partes de nuestro cerebro. Y esa emoción es mayor al ver o escuchar una historia que al vivirla”. No es un dato al azar, lo dice la neurociencia.

 

Para marcar a fuego sus nociones, quien se recibió de abogada en la Universidad de Buenos Aires agregó: “Las historias cambian las conductas, los comportamientos y los hábitos. Y con lo audiovisual los conceptos se conectan más. La gente se va a olvidar de lo que dijiste, incluso de lo que hiciste, pero no de lo que les hiciste sentir”. Es por eso que, no solo Disney, como bien asumió la conferencista, sino también la industria del entretenimiento en general tiene suma responsabilidad al contar historias. “Hay que ser conscientes del impacto que tienen los contenidos en los chicos”, remató.

 

Si no lo veo, no existe y si no existe, no es posible. Así piensa Urbaneja, y su postulado tiene coherencia: los hechos, ideas, personajes o conceptos que no se ven representados, difícilmente sean imaginables. Esto condujo en forma directa a otro cuestionamiento: la escasa representatividad de las mujeres en la industria en general y en la de contenidos, en particular.

 

Subrepresentación femenina

 

“La representatividad es poca y esto tiene que ver con las historias. Los hombres lideran el mundo y eso es lo que se muestra y lo que se recibe. Siempre tienen y se les da roles protagónicos. Cuando hay mujeres protagonistas en las historias, se las nuestra con ropa reveladora. Son cosificadas y estereotipadas”, arrojó Urbaneja sin rodeos.

 

Y, como hizo a lo largo de toda su charla, sustentó sus afirmaciones con datos duros. “Las mujeres representan el 51% de la población mundial. Pero ocupan solo el 23% de los puestos legislativos, apenas el 11% son cabezas de Estado y menos del 7% de los puestos de CEO en las compañías Fortune 500 están ocupados por mujeres. También hizo referencia al estudio “How film and media stereotypes affect the lives and leadership ambitions of girls and young women” realizado por Geena Davis Institute.

 

Los números no mienten. El 42% de los hombres, en comparación con el 27% de los personajes femeninos, se muestran en la pantalla como líderes. La disparidad se traslada, por ejemplo, al cine donde el porcentaje de protagonistas hombres (67%) es ampliamente superior al de mujeres (33%). Lo mismo ocurre con la cantidad de diálogos que tienen uno y otro y con el número de películas dirigidas por mujeres. Esta situación se replica, incluso, en el área de producción y en la redacción de los guiones.

 

La publicidad, como era de esperar, no escapa a esta problemática. “Los cuerpos de las mujeres son usados para vender productos. Las mujeres y niñas siempre tienen que ser lindas. Los hombres se muestran siempre como más inteligentes que las mujeres. El lugar de la mujer es la casa. Y el liderazgo siempre recae en hombres”. Todos estereotipos que es necesario tirar abajo. En este camino, es importante el rol de las referentes.

 

Ya lo dijo Melina León, cineasta de Perú: “Es muy importante ver triunfar a otras directoras; ellas nos guían y alientan a usar todo nuestro potencial”. Exactamente eso piensa Urbaneja: “Cuando hay una mujer en un puesto de dirección, hay más mujeres protagonistas, más diálogos o más apariciones. Por eso, antes de que se realicen los contenidos hay que evaluarlos y corregirlos, es un trabajo de todos”.

 

Pero no solo se trata de dar charlas, sino iniciar acciones que cambien imaginarios instalados, sobre todo en las nuevas generaciones. “Cómo no vamos a poder cambiar el mundo si los chicos están todo el día con una tablet mirando el contenido que creamos. Hay una oportunidad y así lo tomamos. Trabajamos para que todas las audiencias sean representadas. Para que los sueños aparezcan. Si lo que me pasa, no lo veo reflejado en una historia, voy a sentir que algo malo pasa conmigo”.

 

Acá es donde entra en juego un aspecto que le dio muchos frutos a Disney, pero que hoy es objeto de profundas críticas: las princesas. “Venimos peleando la batalla hace rato. La primera nació en 1930, fue Blancanieves. Quizás tenía sentido que se sentara a esperar a que la salvara un príncipe. Pero hoy ya no es así, ya no esperamos. Hoy, nuestras princesas sin fuertes. Van a buscar sus sueños. Por eso, las principales referentes son Moana, Brave y Frozen”.

 

Pero no está todo dicho, ni hecho. “Queremos que todos se vean identificados y, para eso, la única herramienta que necesitamos es la imaginación”, concluyó Urbaneja.