“El club hoy no está enfocado en empresas, sino en los profesionales. Quien admira a la publicidad brasileña, admira a la gente que fue formada por el CCSP. Somos la principal referencia de formación de la industria creativa brasileña. Su símbolo es la estrella amarilla, que representa la estrella que existe dentro de cada persona”, afirmó Campos, al empezar su charla.
A pesar de su larga trayectoria como club de creativos en la historia en la industria publicitaria brasileña, fue en los últimos tres años que el CCSP empezó a transformarse en un club que no solo se dedica a difundir lo que mejor ocurre en su industria en términos creativos, sino que también ayuda a recuperar el rol y el poder del creativo dentro de esta industria.
Para ilustrarlo, Campos seleccionó escenas de la serie estadounidense Mad Men, creada y producida por Matthew Weiner, que mostraba desde adentro el negocio de las agencias en los años 60 en Estados Unidos. Las historias de Mad Men sirvieron para mostrar los equívocos de una sobrevaluación del rol del publicista en el proceso creativo, cuando la soberbia, la arrogancia y la obsesión por premios se vuelven el eje central de su actuación profesional.
“Este poder excesivo termina siendo una droga para el creativo que acaba perdiéndose, al pensar que es una especie de Dios y que está por encima del bien y del mal. El creativo no puede ser una figura arrogante fuera de control dispuesto a todo para satisfacer a su ego. El verdadero creativo es un profesional con la cultura de la sensibilidad, que logra entender la mente y el alma del consumidor y que tiene una visión estratégica del negocio. Es este profesional que está trayendo el poder a la creatividad” dijo Campos.
Según Campos, el gran desafío del CCSP es ayudar a formar este nuevo profesional. Las últimas ediciones de su Festival en San Pablo estuvieron a tono con la tarea que se propuso: la formación y la construcción de una cultura creativa más completa.